El Golpe a Honduras

4 de julio, pedagógica-hospital escuela-el prado- la granja-aeropuerto (caminamos casi cuatro horas)07 de julio de 2009

Todos conocemos el desenlace de los sucesos del domingo 28 de junio, cuando mientras Honduras dormía, se asestó la estocada final a la institucionalidad y democracia del país: un grupo armado del ejército, al mejor estilo de las dictaduras militares que suponíamos terminadas, secuestró al presidente y mediante un Golpe de Estado se instituyeron las nuevas “autoridades constitucionales”.

La comunidad internacional observa con suma atención y preocupación la situación de nuestro país, desconociendo a las autoridades de facto, la condena yel repudio siguen aumentando. Latinoamérica no puede permitirse volver al período de los golpes militares, si se reconoce a un gobierno de facto que asumió el poder mediante la fuerza de las armas, esto podría crear un efecto dominó en aquellos países que democráticamente han elegido autoridades declaradas abierta o medianamente de izquierda, o inclusive gobiernos social demócratas que pretendan implementar medidas de justicia social o participación ciudadana.

No creo que Honduras sea ningún satélite del “nuevo socialismo latinoamericano”, ni tampoco que la crisis político-institucional que ahora alcanza sus mayores proporciones sea impulsada por Chávez, Fidel o el propio Lenín resucitado, como algunos fanáticos de derecha quieren hacernos creer. No se puede negar el vínculo con Chávez o la simpatía con Fidel, pero tampoco tienen ellos mayor injerencia en la crisis o han sido gestores de ella.

No haré un alegato en defensa del presidente Zelaya, pues tampoco lo absuelvo de los muchos errores cometidos, sin embargo pienso que la “cuarta urna”, como proyecto político inclusivo, representaba una clara opción hacia la construcción de una democracia participativa. Rechazo algunos aspectos del manejo del proyecto como el paso a segundo plano de otros problemas neurales de nuestra sociedad o el manejo de los fondos, tampoco desestimo algunos cargos por corrupción, es posible que la haya existido, como en todo gobierno, pero debe ser la fiscalía la que investigue y presente las pruebas debidas, y como versa una premisa básica del derecho: se es inocente hasta probar lo contrario.

Tampoco haré un recuento de los hechos -pues todos los conocemos- pero estoy en total desacuerdo con los grupos de poder oligárquicos, la empresa privada, que junto a los fuertes sectores de derecha y –por qué negarlo- con amplio respaldo de sectores sociales faltos de memoria histórica y consciencia de clase, han enarbolado la bandera de la “paz y democracia” y bajo esa consigna justifican su accionar golpista y represivo, presentándose ante la opinión pública como paladines de la justicia y la paz: “los verdaderos héroes de la democracia” mientras reprimen manifestantes, silencian estaciones de radio y televisión y limitan las garantías constitucionales de la población.

En lo personal, me resulta inaceptable que gangster visceral, cuyo único mérito es haberse mantenido en política como una rémora, engordando de las sobras de los dueños del país y obedeciendo fielmente a sus intereses, sea ahora juramentado “presidente constitucional” de Honduras, que insulto! Sin mencionar al “ángel de la muerte”, el asesino Billy Joya (responsable directo de persecución y decenas de desapariciones, torturas y asesinatos en la década de los ochentas durante la doctrina de seguridad nacional) como ministro asesor de seguridad. No me referiré al resto de su gabinete su falta de capacidad pues es de todos conocida y es evidente la improvisación en los nombramientos de la mayoría de ellos.

Por mi parte me declaro en desobediencia civil y desconozco a las autoridades de facto, continuaré en las calles o en la trinchera de la resistencia, mis principios no me permiten actuar de otra forma, pero el panorama es sombrío…

Si Mel retorna, será condicionado a la renuncia de su proyecto político, de continuar el régimen hasta las nuevas elecciones el pueblo sufrirá siete meses más de represión, reacción e improvisación, probablemente los proyectos por los que tanto trabajamos por tres años y medio sean boicoteados.

Mientras miles salimos a las calles a manifestar nuestro repudio o apoyo al Golpe de Estado, y otros tantos se sientan en sus casas como espectadores pasivos e indiferentes (inconscientes de la realidad que golpea como un puño) se negocia tras bastidores una posible salida política. No considero que exista una solución viable a este conflicto sin negociación, y ésta seguramente implicará amnistías para ambas parte involucradas y eso no sería justo para el pueblo hondureño, la única víctima de este pleito de poder que alcanzó proporciones impensadas y que ya cobra la vida de compatriotas hondureños.

Natalie Roque

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